Mirar pero no ver
Son muchas las ocasiones en que tenemos justo delante de nuestros ojos lo que exactamente estamos buscando, lo que exactamente queremos… pero la mayoría de las veces no nos damos cuenta. Quedamos distraídos por los alrededores, lo que queda más lejos y lo que a menudo menos importa. ¿No podría existir un mecanismo de alerta? En muchas ocasiones me pregunto si habré dejado escapar a algo o a alguien que valiera autenticamente la pena. En muchas ocasiones me pregunto si me habré cruzado con mi oportunidad en la vida y la habré ignorado.
A quien no podemos ignorar en Gafas es al fotógrafo estadounidense William Klein. La semana pasada ya os hablamos de él. Hoy queremos retomarlo, dedicarle una nueva entrada. Somos fans de los descarados, como ya dijimos. Y Klein es uno de los grandes descarados. No temía acercarse mucho a la acción, se fijaba mucho en los primeros planos, tenía obsesión por captar la esencia. Y en esta fotografía lo demuestra. Sitúa a una mujer, una joven, en el mismísimo centro. Y aunque queda desenfocada, ella es la protagonista indiscutible de la escena. Qué más darán las demás personas que aparecen nítidamente detrás de ella. Ella es su interés, su único interés. ¿Se habrá dado cuenta Klein? Seguro. Lo sabe y de ahí su decisión. Al dejarla borrosa, lo que consigue es destacarla con mayor fuerza. Hace que nos preguntemos más que por cualquier otra cosa, acerca de esta misteriosa muchacha. Su rostro, su silueta poco clara es tan expresiva, tan sugerente, tan tierna… Y ahí está el arte. El arte de la fotografía, el arte del querer.
Una vez más, ‘chapó’ para este artista, William Klein.